UNA LLAMADA A ESCUCHAR CON EL CORAZÓN

El evangelio de Lucas nos muestra un momento impactante: todos están maravillados por lo que Jesús hace. Las multitudes lo admiran, lo siguen, se asombran de su poder. Y justo ahí, en medio de esa gloria humana, Jesús anuncia algo que nadie quiere escuchar: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres”. Es una escena que confronta. Porque mientras todos buscan milagros, Jesús habla de entrega, de dolor, de cruz. Nos recuerda que no basta con admirar a Jesús; hay que escucharlo profundamente, aceptar su camino, incluso cuando no lo entendamos.

Un mensaje que sigue siendo incomprendido

Hoy en día, seguimos admirando lo espectacular, lo visible, lo exitoso. Incluso en nuestra fe, muchas veces buscamos sólo lo que nos hace sentir bien, lo que nos da respuestas rápidas y soluciones fáciles. Pero el mensaje de Jesús sigue siendo el mismo: el amor verdadero pasa por la cruz, por la entrega, por el sufrimiento asumido con sentido. En una sociedad que teme al fracaso y evita el dolor, el Evangelio nos invita a descubrir la belleza escondida en la fidelidad, en el silencio y en el amor que se entrega hasta el final.