En Lucas 5, 1-11 vemos cómo Jesús irrumpe en la rutina diaria de unos pescadores comunes y transforma por completo sus vidas. Aquel acto de obediencia, se convirtió en el canal para un milagro abundante. No solo pescaron una gran cantidad de peces, sino que se encontraron con su verdadera vocación. Este relato nos recuerda que cuando dejamos que Jesús se suba a nuestra barca —nuestra vida, nuestro trabajo, nuestros problemas—, todo puede cambiar. Su palabra tiene poder para llenar lo vacío y dar propósito a lo que parecía estéril.

La Palabra Viva en Nuestra Realidad

Hoy en día, muchas personas siguen "pescando en la noche", luchando con sus fuerzas, con pocas o nulas respuestas. Vivimos en una sociedad que a menudo se siente vacía, sin dirección, sin esperanza. Sin embargo, la voz de Jesús sigue sonando: “Rema mar adentro”. Es un llamado a ir más allá de la superficialidad, de la rutina, de los miedos. Su palabra sigue viva en las Escrituras, en la Eucaristía, en la comunidad, en cada gesto de amor auténtico. A pesar del ruido del mundo, Dios sigue hablándonos, animándonos a confiar incluso cuando todo parece perdido.