UNA LLAMADA A VIVIR DESDE EL CORAZÓN DEL EVANGELIO
En el silencio de la oración, Jesús mira a sus discípulos y les hace una pregunta que no busca información, sino transformación: “¿Quién dice la gente que soy yo?” Pero más allá de lo que otros opinan, Él va directo al corazón: “¿Y ustedes, quién dicen que soy yo?” Esta pregunta no ha perdido fuerza ni actualidad. Es un llamado personal a reconocer a Cristo no sólo como figura histórica, sino como el Mesías vivo que camina con nosotros. Pedro, impulsado por la fe, responde con valentía: “Tú eres el Mesías de Dios”. Y así, Jesús revela lo que significa verdaderamente seguirlo: cargar con la cruz del amor, del servicio y del sacrificio.
Un evangelio desafiante en medio del ruido
Se habla de Él como un gran maestro, un revolucionario o un símbolo de paz, pero pocas veces se reconoce Su identidad profunda: el Hijo de Dios que vino a salvar al mundo a través de la cruz. La cultura actual muchas veces huye del dolor, del sacrificio, de la entrega. Sin embargo, Jesús nos recuerda que el camino del amor verdadero implica renuncia, verdad y coherencia. Su cruz no es símbolo de derrota, sino de victoria a través del amor que no se rinde. Y en medio del ruido, el Evangelio sigue siendo una voz que interpela: ¿Quién es Jesús para ti hoy?